Nuestro compromiso con los niños institucionalizados y el programa FAE.

By Valeria Campos Cannobbio

¿Cuántas veces he (y hemos escuchado) frases como “pobres niños del SENAME”, “Es una vergüenza como vulneran los derechos de los niños”? Pero no hacemos nada. Buscamos culpables, eso sí, eso es fácil, pero no hacemos la parte difícil: ser parte de la solución del problema.

Creo que es tiempo de que maduremos y tomemos conciencia de que todos nosotros somos culpables de esta situación. Somos cómplices. ¿Qué hemos hecho nosotros para evitar o revertir estas situaciones?

Lo único que hacemos es convocar marchas, hacer comentarios o publicar y compartir noticias en redes sociales, poner un “me gusta/me enoja/me entristece”. Creemos que con eso hemos hecho la acción buena del día, nos sentimos buenas personas y nos acostamos a dormir tranquilos. Estas no son soluciones, solo nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos, pero no mejoran la actual situación de nuestros niños.

Frente a esto se viene la gran pregunta:entonces ¿Qué puedo hacer yo? Existen múltiples acciones, dependiendo de nuestro tiempo, edad, profesión, carga laboral, etc. Dentro de estas, la que elegimos mi pareja y yo fue el Programa de Familias de Acogida Especializadas del Sename (FAE).

El FAE es un programa que tiene por objetivo “Asegurar una atención de calidad bajo condiciones fundamentales de protección, afecto, contención y desarrollo en una familia de acogida, a niños, niñas y adolescentes que han debido ser separados de su medio familiar mientras se restablece su derecho a vivir en una situación familiar estable”. En palabras simples, acoger a un niño o niña, y que nuestro hogar sea su hogar. Generar un apego seguro que ayuda a tener niños sanos, que devienen en adultos sanos, con un mejor desarrollo psicológico, social y emocional.

Para postular solo debes tener interés y aptitudes para la crianza infantil, ingresos económicos estables, salud psíquica y física compatible con las labores propias del acogimiento familiar y la capacidad de mantener vínculos de afecto, al igual que de desprendimiento. Pueden postular personas casadas, viudos/as, soltero/a, y/o en pareja. Sólo se requiere de personas dispuestas a ayudar de verdad, de entregar amor, cariño y nuestro tiempo a niños, para que, con todo esto, curemos sus heridas, y podamos entregarles herramientas para su vida. Siempre tener claro que el niño o niña estará un periodo de tiempo que puede ir de los 6 meses hasta el año y medio (periodo en el que se resuelve su situación) para luego regresar con su familia de origen o irse a vivir definitivamente con su familia adoptiva.

El proceso ha sido de 8 meses aproximadamente, que van desde entrevistas con psicólogos y asistentes sociales, pruebas diagnósticas, visitas domiciliarias, para evaluar la idoneidad de la familia para poder acoger a un niño o niña. Una vez obtenida la idoneidad vienen 2 semanas de capacitaciones de un equipo multidisciplinario en temas de salud, apego, emergencias médicas, etc. Para finalizar con acercamientos entre el niño o niña y la entrega de un kit que incluye desde la cama, leche, ropa y hasta la silla del auto.

Una vez que nos dijeron que éramos idóneos, comenzamos a contarle a nuestros familiares y amigos cercanos de lo que se venía en nuestras vidas, donde la mayoría se mostró ambivalente. La frase que más se ha repetido en este proceso es “Oye, pero te vas a encariñar, y después se va a ir, ustedes van a sufrir” Ante todo, este programa está pensando en el bienestar bio-psico-social de un niño o niña que se han vulnerado sus derechos (derecho a ser amado, a ser protegido, contenido). Tristemente me doy cuenta que la mayoría de las personas solo tienden a pensar en su propio beneficio, su propio bienestar. Sí, obvio que vamos a sufrir un tiempo, pero el amor, el cariño y la protección que se le entregue al niño o niña lo marcará de por vida.

Otra frase que también me han dicho es “oye, pero se va a encariñar y después se irá a otra familia, ella va a sufrir” ¿Realmente, creen que es mejor estar institucionalizado y luego pasar a una familia que te adora que pasar de una familia que te adora a otra que te adora?

Oye, pero que fome, debería existir la opción de que ustedes mismo puedan adoptar al niño o niña, porque igual va a sufrir cuando se vaya a su nueva familia” Sí, es cierto, siento que sería súper bueno que las mismas familias de acogida eventualmente tuviesen derecho a adopción, pero no es así, esta es la realidad legal que existe, y frente a ella, la mejor opción para desarrollo de un niño o niña es una familia que lo contenga (aunque no sea la definitiva), que lo proteja y lo ame.

Ya solo nos queda una semana para que Camila llegue a nuestro hogar, la esperamos con ansias. Cada vez que veo a mi sobrino, siempre está sonriendo y rodeado de amor, y eso mismo es lo que quiero para nuestra Camila, y el resto de los niños del mundo.

Las familias interesadas en brindar cuidado transitorio a niñas y niños con riesgo de vulnerabilidad social u obtener mayor información, pueden manifestar su interés a los siguientes fonos: 800 730 800 – (562) 2398 4468 o enviar sus datos enhttp://www.sename.cl/web/programa-familias-acogida-fa/