Chile genera 17 millones de toneladas de residuos sólidos al año de los que el 90% terminan en vertederos. Según la OECD (Organización para la cooperación y el desarrollo económico), en 2014 hubo un total de 419 kg per cápita de residuos municipales, de los cuales 9,9 kg por persona son de basura electrónica, siendo esta la cifra más alta de Latinoamérica. De esto sólo el 10 % se recicla, en junio del año 2017 se proclamó en nuestro país una ley de reciclaje, que busca triplicar ese 10% en los próximos 5 años, pero ¿realmente reciclamos?
Si separamos en nuestros hogares la basura por tipo, orgánica, cartones, plásticos, latas, pilas, etc. ¿Qué pasa con ella después de ser retirada? ¿Tenemos lugares habilitados para el acopio de estos desechos por separado? ¿o todo termina en un mismo lugar?, o lo más terrible ¿parte de estos desechos se pierden en el camino?, ¿existen en chile empresas encargadas de la reutilización de desechos?
El Primer desechable… la Bolsa Plástica
Vamos al supermercado y nos dan nuestra bolsa plástica, si llevamos algo muy pesado pedimos dos por si se rompe, o porque nos gusta juntarlas, así no compramos para la basura. Están hecha a partir de petróleo, recurso no renovable y caro. No las tenemos en uso por más de 15 minutos, vuelan, flotan y resisten de 200 a 1000 años en la tierra. muchos de nuestros desechos terminan en el mar, la bolsa que hoy eliminamos en Arica en un par de años está siendo parte de una isla de basura en Chiloé, producto del viento. Pero son las especies marinas las que se ven afectadas considerablemente, ya que una tortuga ve una rica medusa, a las aves les causa curiosidad los movimientos y colores, terminando con ellas atoradas en las patas y picos, los peces, al verlas flotar creen que nos algas y terminan con el estómago lleno de plástico, pez que en poco tiempo terminará en nuestra mesa, ¿dónde terminó aquella bolsa arrojada al suelo en Arica? En nuestros estómagos.
El pasado 3 de agosto de 2018 se dio curso a la nueva ley de eliminación de bolsas plásticas, con una marcha blanca en la cual sólo se podrán entregar un máximo de 2 bolsas por compras, las grandes tiendas y supermercados tienen un plazo de 6 meses para dejar de entregarlas, mientras que las pequeñas y medianas empresas entre ellas ferias libres, almacenes, etc. tienen un plazo de 2 años para su completa eliminación.
No lo niego, la industria del plástico ha sido un aporte a la sociedad, hay muchos productos que nos han solucionado la vida, pero somos nosotros, las personas, las que no tenemos un control frente a ello.
Esta manía por preferir lo desechable nos está pasando la cuenta. No somos capaces de comprar a la abuelita que con mucho esfuerzo vende sus bolsitas de tela afuera del supermercado, por el solo hecho de que lo desechable es más cómodo, porque se me olvida llevarla al supermercado y prefiero que me den una allá por mi compra. Ese usar y botar se ha arraigado en nuestra cultura y no tenemos control sobre aquello. Para esta sociedad todo se ha vuelto desechable, porque no tenemos tiempo y la vida rápida es nuestra mejor opción. Dentro de esta vida tan acelerada donde con suerte tenemos tiempo de compartir con la familia, ¿tendremos tiempo para separar nuestros desechos?, ¿tendremos tiempo de preocuparnos a donde van nuestros desechos? Si, ahora tenemos una ley que nos prohibirá el uso del plástico, pero ¿es realmente la solución o somos nosotros los que tenemos que cambiar nuestros hábitos? O será que está prohibición creará ahora nuestro nuevo producto desechable y este será otro recurso que explotaremos con ese afán de usar y botar.