Existe una gran diferencia en dos términos usados muy comúnmente en temas de carácter biológico-ambiental, sustentabilidad y sostenibilidad de los recursos. Por un lado el desarrollo sustentable tiene como definición: “que se puede sustentar o que defiende algo”, en términos de medioambiente, vendría a ser la regulación propia del sistema sin intervención antropogénica. Mientras que el desarrollo sostenible que se enfoca en tres puntos independientes: la economía, el medio ambiente y la sociedad como tal.
Ahora bien, luego de haber explicado y diferenciado ambos términos, quisiera llevar a ustedes una experiencia, que vendría a ser un inicio de desarrollo sostenible a pequeña escala.
Hace poco tiempo atrás tuve la oportunidad de conocer a un grupo de mujeres recolectoras de algas de la localidad de Tomé, específicamente en la Caleta de Coliumo. Esta localidad es conocida por su hermosa playa y paisajes verdes, pero detrás de esto se encuentra una historia de esfuerzo.
La agrupación del sindicato de mujeres de la Caleta de Coliumo tiene como oficio la recolección de algas, específicamente la chicoria de mar (Chondracanthus chamissoi). Esta alga corresponde a la categorización de algas rojas, ricas en carragenanos, generalmente extraída y comercializada para la utilización de aditivo en diversos alimentos como espesante y como alimento, entre otros usos. Con la idea de generar algo más con el alga, la agrupación buscó ayuda profesional para llevar a cabo una innovación, agregando valor a la materia prima del sector. Con esta idea mente consiguieron la ayuda de un profesor universitario que las apoyó y guió para comenzar a producir cremas y jabones en base a extracto de chicoria de mar como una nueva forma de ingresos para ellas y sus familias. La agrupación comienza a desarrollar esta nueva innovación asociada a su labor cotidiana, la idea surgió luego del terremoto de 2010. Previo a este suceso, no tenían inconvenientes con la abundancia de la especie objetivo, y extraían cerca de 6 toneladas semanales de la chicoria de mar. En ese entonces, el alga se vendía a intermediarios de comerciantes por un valor bajo, en contraste al esfuerzo que requiere la recolección, limpieza y secado del alga.
La bahía de Coliumo fue uno de los sectores más afectados por el evento estocástico del 27 de febrero de 2010, lo que produjo como consecuencia el levantamiento del piso sub e intermareal rocoso. Esto generó mortalidad masiva en muchos organismos, que no se han recuperado por completo. En el caso de la agrupación, este evento provocó una disminución notable en la abundancia del alga, y motivó a estas mujeres a buscar nuevas formas, llegando a la idea innovadora del emprendimiento.
El emprendimiento de la agrupación femenina de bahía de Coliumo es el inicio de un desarrollo sostenible por varios motivos. Primero, la extracción es mucho menor, para el desarrollo de sus productos, extraen un promedio aproximado a los 10 kilos semanales de algas. Segundo, le entregan un valor agregado, ya no es vendido como materia prima. Tercero, menor trabajo de recolección, obteniendo un mayor ingreso económico. Esto acompañado del empoderamiento que conlleva haber realizado y tener éxito en su innovación, aprendizaje continuo para seguir creciendo y ser un modelo a seguir para otras comunidades. El tener un plan B ante eventualidades de la naturaleza puedan ayudar, solventar y potenciar nuevas habilidades en los sectores artesanales, convirtiéndolos en pequeños empresarios, que generen una concientización al cuidado y protección del ambiente y hábitat de los diversos animales, que son fuente de recursos para muchas familias.